Monday, March 19, 2012

Cosmo en Cafe Vinilo

"[...] que no se puede abrazar lo que no puedo tocar [...]
Oh - oh [...]"

Con una bonita impronta de Mataplantas, la nueva propuesta de Cosmo, me llegó de casualidad y con mucho entusiasmo. Un entusiasmo lánguido y casi monótono como la voz de Pablo DeCaro que se encarga de llevar esa voz casi sin registro de agudos ni de graves pero con una presencia suficiente para darle potencia y estatus en el escenario.


Tocaron (si no me equivoco), todos los temas del disco más alguna que otra novedad. Un repertorio cuidado, tranquilo y disfrutado. En vivo suenan perfecto. (Seguramente Café Vinilo tenga mucho que ver con esto). Yo, personalmente, disfruté de cada acorde, cada ritmo y si bien el clima que generaron no fue gran cosa, alcanzó para acompañar su buena música. Y si hay algo que se notó, es que están en los detalles y los arreglos. Hasta en los coros con los artistas invitados.


Como una fiesta indie casi de perdedores, donde las letras hablan de amor con sencillez pero la sencillez de la "no noticia" donde no estás ni muy arriba, ni muy abajo. La simpleza del "me pasa esto y esta bueno". Así Cosmo tiene un racimo de temas que no bajonean ni te hacen saltar de algarabía. Y es tal vez lo más difícil de generar, equilibrando en los puntos medios y sensibilizando sin llegar a los extremos.

A mi, Cosmo, me pone de buen humor.


Saturday, December 10, 2011

Kings Of Convenience en La Trastienda

Hace dos años que un amigo me invitó a ver Kings Of Convenience en NYC cuando yo vivía allá. Habiendo escuchado poco y nada de la banda le dije que no, que no me interesaba... Y no me arrepiento.



Si hubiera ido a ese show, no hubiera tenido mi capacidad de asombro tan dispuesta como el Lunes 5 de Diciembre cuando los vi por primera vez en La Trastienda, en su primer show en Argentina. Un dúo tranquilo, dos cuasi-nerds con su guitarra, fórmulas repetitivas (que según me enseñaron se transforman en "estilo" cuando se repiten siempre), voces casi apagadas que susurran sobre amores perdidos, enseñanzas de la vida y perspectivas optimistas sobre un futuro bonito. Nada del otro mundo, digamos. Escuchar el disco en casa, de fondo, mientras tomamos un vino o charlamos con amigos parece ser una fórmula ideal.

Pero si a eso le sumamos mucho carisma, pero mucho. Una "nerditud" importante por parte de Erlende Øye (que es igual a Bill Gates cuando tenía 17 años pero sin acné). Hasta escuché decir a una niña por ahí "Si este tipo no estuviera arriba de un escenario se moría virgen"... Un nerd devenido en poeta, bailarín y arengador de multitudes que hizo que toda la trastienda se mueva, sin mucho problema.

Llegaron a quejarse del calor que hacía en el lugar (Muy mal por la trastienda. Fue un horno todo el show) y como frutilla del postre invitaron a los integrantes de Rosal (que hizo las veces de banda soporte) y subieron el volumen y la intensidad del ambiente.

Esuché también que después del show se quedaron afuera de La Trastienda firmando autógrafos, tocando un ukelele que pasaba por ahí y cantando con los fans. Yo me lo perdí... En Youtube se pueden ver algunas de estas perlitas que suelen hacer de estos shows momentos únicos ...

La conclusión es que fue una banda que me sorprendió mucho. "Cuanto más pasa el tiempo, me voy dando cuenta que me gustó más." Algo así me dijo un amigo unos días más tarde. Y tal vez sea eso: Kings Of Convenience en vivo es algo que se digiere despacio y se deleita por largo rato.

Y de alguna manera pasaron de esto:



A esto:



Yo lo sigo disfrutando....

Friday, September 16, 2011

Falsos Profetas - 15 años -

...Y la noche en un invento atroz. Todo aquello que no implica esfuerzo, es más fácil de hacer. Mantener una banda, implica esfuerzo. Componer nuevos temas, implica esfuerzo. Buscar lugares dónde tocar, implica un esfuerzo. Grabar un disco, implica un esfuerzo. Juntarse a ensayar, implica un esfuerzo. Celebrar junto a los Falsos Profetas sus 15 años, no implica un esfuerzo, es pura placer, pura fiesta. Ver una banda en vivo que disfruta de cada acorde, que busca que el público se integre a su música, a sus letras y a sus pasos, que humildemente invita a sus amigos a subir al escenario reconociendo la causa colectiva que implica mantenerse arriba del escenario, simplemente está bueno. Son todos competencia y equipo a la vez. Con amigos como Dolores Solá, Manuel Moretti, Diego Baiardi y Roberto Decotto, Palo Pandolfo y algunos más arriba del escenario soplaron las velas como niñas quinceañeras disfrutando de que el público disfrute. Los 15 años de los Falsos fueron una fiesta como ellos lo pretendieron. Buena música, vino y empanadas. Lo que más me gusta de esta banda es la ironía del amor en las letras, la cadencia en la voz de Martín y la capacidad de hacer bailar frente al dolor. Tal vez, algunas veces, me siento identificado, tal vez...

Monday, July 18, 2011

Michael Mike en Niceto

-fiesta invasión-

"Es medio Onda Vaga pero más popero", me dijo mi amigo. me bajé un par de temas y si, estaba en lo cierto. Con varios integrantes en común con "Onda Vaga", Michael Mike tiene bastante de parecido.
Que sean parte de una fiesta, me parece una buena combinaci´øn donde el objetivo es divertirse y nada más. No hacen alarde de nada, no e sun show para disfrutar como show, es simplemente música divertida y que te hace mover el cuerpo... Un poco.
Uno de los cantantes, con su túnica a lo Jesús de Nazareth y la Gibson SG bien cortita casi en pose incómoda tiene una onda "Babsónica" que me trajo recuerdos de Trance Zomba y hasta en algunos temas más rapeados a Illia Kuriaky and the Valderramas en sus buenas épocas. Mucho sintetizador, mucha genet en el escenario, mucho ruido, mucha música, mucha fiesta.
Divertido, una vez cada tanto, valen la pena. Aunque tal vez, ya esté demasiado viejo para este tipo de trotes.

Thursday, July 14, 2011

Ed Kowalczy: la voz de "Live"



Los 90's creo que generaron el último gran movimiento musical definido. EL "Grunge" tenía una fecha de nacimiento, un lugar y un grupo de músicos que los representaban. Una mezcla entre rock "pesado", guitarras distorsionadas y letras que hablaban de la vida cotidiana junto con baladas románticas pero con un dejo de maduro adolescente que se niega a crecer.

Una de las tantas bandas, capáz una de las más ignotas, pero que sacó un disco hitero que llegó a varias personas fue Live con "Throwing Copper". Un disco que si uno lo escucha hoy, seguramente le resulte simpático y hasta se emocione con algún que otro tema.

Y así después de haber pasado más de 15 años del lanzamiento de ese mítico disco, el cantante de la banda, resurge de las cenizas ¿buscando plata? y sacó un nuevo disco llamado "Alive" (un premio para el director de Marketing de la discográfica).

Honestamente, el disco nome pareció más que una banda de estudiantes que podría haber salido de Dawson's Creek. Rockeritos haciéndose los duros, pero que son mas tiernos que una pechuga de pollo cruda. Fue cuasi sociológico ir al recital ya que el público era 90% hombres de más de 30 años (me incluyo). Casi añorando aquellos años de adolescente donde el programa era volvera  casa del colegio y prender la tele para poner MTV y rezar para que pasen el tema que nos gustaba. Eran tiempos de Soundgarden y Black hole sun, Tiempos de Counting Crows y Mister Jones y tiempos de "Lighning crashes" de Live.

La nueva banda de "Ed" es prolija, y cumple. Tal vez un exceso despliege de instrumentos y un sonido un poco de más saturado llegando al punto de TBR (Tremanda Bola de Ruido). El gran highlight es la voz del cantante que tiene algode Vedder (salvando las enormes distancias) Y algo de Agassi en lo físico, como nota de color...


Atrasadísimo

Hace rato que no escribo, ni comparto. Lo que no significa que la música no me siga inspirando.
Esto de mantener un canal de comunicación no es fácil.
En resumen. Lo últimos recitales a los que fui después de Bicicletas + Edward Sharpe + Janes Addiction fueron (Pido disculpas pro la falta de fotos y videos pero hay veces que sólo quiero disfrutar:

Manuel Ochoa en Café Vinilo: Caí sin saber que iba a ver. La ventaja de ir a un lugar que sabe seleccionar la música es que (por lo general), suele gustarme todo. Algunas meas, algunos menos, pero todos sorprenden para bien. El trío de Ochoa em gustó mucho, mucho. Las buenas bandas de Jazz tienen esa característica que los ilumina en todos lados. Son como los gatos, siempre caen bien parados. Ya lo había visto a Manuel en Notorius hacía 4 años y cuando lo vi entrar al escenario le pregunté a mi amigo que me había invitado "¿Qué vinimos a ver? Me parece que a este tipo lo conozco". El show fue compacto, diverso, entretenido y sobre todas las cosas, sonó muy bien. Con una copa de vino y unas tapas, fue casi perfecto.



Tomy Lebrero en Café Vinilo: Hay personajes "indie", "modernos", "neo hippies", "hipsters", como queiras llamarlos, que se vuelven un poco molestos. La pose constante y el show por sobre la música, me molestó bastante en este show "peculiar" donde me daban ganas de decirle a Tomás, el lider de la banca, correte un poco y dejame disfrutar de la música.
Suenan bien, muy bien. Tienen mucho humor los temas y eso me gusta. Una cosa cuasi Frank Zappa (en el sentido del humor solamente ehh!) donde la ironía y la música se conjugan bien. En elgunos casos, hubo un exceso de instrumentación o sobreactuación. Es cierto que le público de hoy demanda cada vez más y apar ver tocar una banda solamente, prefieren quedarse en la casa. pero me parece innecesario tanta cosa, tanto ruido, tanto grito y hasta incluso las amenazas con quedarse desnudo en el escenario. Cuando los hacían los sex pistols era rebelde. Hoy en día, creo que la rebeldía pasa por otro lado y debería ser más astuta y menos "chabacana".
Conclusión: Me quedé con ganas de meas música y menos show.

Adriana Calcanhotto en el Gran Rex: Adriana tiene trayectoria, mucha trayectoria Pasó por varios estados, intenciones y estéticas. A diferencia de su paso pro Buenos Aires con "Público" donde deslumbró por la simpleza del show, esta vez, vino con ganas de más, de actualizarse, de hacer más "ruido".
Los temas de su último disco "O microbio do Samba" son muy ella. Nada espectaculares, pero tienen esa dulzura que caracteriza la cadencia de su voz. El show, un espectáculo para disfrutar con todos los sentidos. Con istrionía y mucha delicadeza. el trío de Contrabajo, percusión y guitarra acompañaron a Adriana en todos los temas, incluso en "Vembora", uno de esos temas que te ponen la piel de gallina y no querés que terminen nunca.
El show incluyó algunas incorporaciones sonoras "bizarras" donde Adriana tocó el sintetizador, jugó con una taza, un plato y una bandeja de lata e incorporó un asistente que se dedicó a tirarle papel picado en la cabeza rítmicamente, durante todo el tema.
Admito que las incorporaciones sonoras "modernas" y más "locas", no em gustaron mucho, pero me gusta la idea de un artista consagrado que sigue en la búsqueda que no se deja estar, que incorpora tecnología y que, aunque a veces no funcione, siga probando. Lo importante como siempre, es no dejar de moverse.

Tuesday, April 26, 2011

Triple + Bondipan a la salida

Bicicletas + Edward Sharpe + Jane's Addiction + "Bondipan" (bonus track)

Breve reseña: Bicicletas cumplió como lo hace siempre, con más fuerza en vivo que lo que uno encuentra en sus grabaciones, son definitivamente una banda para ver en vivo.

Edward Sharpe hizo lo que saben hacer, con un poco de imidez al principio, y casi como si fuera su casa al final. Es cuasi gracioso ver a Alexander meterse tímidamente entre el público y escuchar al tipo que cuando empezaban a tocar gritaba para que entre Jane's Addiction y cuando estaba por terminar el set de Edward Sharpe y su amigo segúia gritando por Jane's, éste le dijo "Pero pará loco. Mirá las pilas que les ponen. No es rock al palo pero estos hippies suenan".

Jane’s Addiction ya son showman’s instalados. Cumpliendo 52 años Perry Farrel se pone todo al hombre con el (para nada) sutil soporte de Dave Navarro. Rockstars hasta morir y de gira con sus mujeres semidesudas como coreógrafas sadomasoquistas.

Abajo, un par de fotos y algún que otro video.







Morcheeba en el Luna Park

Morcheeba está bueno. No me disgusta, pero no es esa música que puedo ponerme a escuchar expresamente. Solamente fui a verlos porque me regalaron la entrada y no la pase mal,pero tampoco me deslumbró.

El Luna Park por su lado, no es el mejor lugar para recitales. No brilla por tener una buena acústica y tal vez es algo de lo que caracteriza a Morcheeba donde para mi, la música carece de sentimientos y matices que me deslumbren.

Monday, December 13, 2010

Onda Vaga en el teatro de Colegiales.


Cuatro acordes, un poco de variedad, letras fáciles y muchas voces... Un buen cocktail para pasarla bien.

"Onda Vaga son eso... onda vaga, bien, bien, vaga", me dijo mi amigo Reicho cuando me presentó la banda. Estábamos en el subte, me pasó el auricular y me puso el empalme de "Va al Oeste" y "Gilda"con la intervención de Fito Páez. Compré enseguida. Me pusieron de buen humor.

En vivo son una fiesta. Es imposible no prenderse a corear las letras y moverse a ritmo. La percusión y el cajón peruano que suena de a varios ayudan y le ponen "buen avibra" aunque parezcan una manga de vagos que no quieren hacer nada más que tocar la guitarra todo el día y tomar cerveza.

Tal vez el éxito que tienen es un poco desmedido para lo que pretenden, pero son una banda divertida y la clave de su éxito creo que es la cantidad. Cantidad de voces, cantidad de instrumentos, cantidad de personas arriba del escenario y cantidad de palabras fáciles de rimar a la hora de elegir las letras.

Si buscás calidad, no te calientes. Si buscás pasarla bien, yo, les daría una oportunidad.

Saturday, November 20, 2010

Pablo Malaurie en La Castorera

"Lluvia de animales cuando te conocí.
Piedras en el alma cuando no nos vimos más..."


Pablo Malaurie y su "festival de besos" son, como mínimo, particulares... por buscar un adjetivo amplio y no discriminatorio. Su tono de voz genera adeptos así como enemigos a los pocos minutos. Pero cuando gusta, como las buenas cosas, gusta mucho.

Tal vez es la simpleza musical de su guitarra y el teclado sintetizado que es reemplazado cada tanto por un acordeón. O sus letras de amor que como todo adolescente sufre los desamores y desventuras del sexo femenino. Pero sin dudas, deja algo onírico flotando en el aire. Algo aniñado que por los menos a mi, me remonta a canciones de cuna, bebes llorando y olor a talco. Esos primeros años de vida donde todo es tan simple y sólo hay que respirar para vivir. Esos momentos en que a uno lo cuidan mucho.

El clima, es fácil generarlo cuando los que van a verlo saben lo que van a buscar. Dos integrantes, un oso barbudo tocando los teclados con más pinta de leñador nórdico que de músico, enternece al contar que fue padre hace poco y Pablo Malaurie en la guitarra con una fotofobia importante que obligó al iluminador a dejarlo casi a oscuras sobre el escenario (ver video).

Un show para disfrutar de a dos. Una música para encarar con ganas de que a uno lo mimen.




Nota al pie: Escuhé por ahí que van a demoler a "La Castorera" a fin de año. Una gran pérdida en esta ciudad donde ya quedan pocos lugares decentes para escuchar buena música sin pagar precios exhorbitantes. Una pena... Traten de ir antes mientras exista...

Tuesday, November 9, 2010

Contramambo en La Dama de Bollini

"Dominguero yo soy...
Con el mate y la sombrilla voy"


Si el "mambo" dejó de ser un baile para convertirse hoy en un problema, en algo obtuso, en una nube que nos persigue, entonces Contramambo es un buen nombre para esta banda. No son simplemente canciones felices que buscan la algarabía del público en un estado de relax, pero van en contra del "mambo" que la sociedad moderna genera. Especialmente en las grandes urbes.

Es por esto que los sueños de "música de playa", de a ratos cerca de Jack Johnson, de a ratos, cerca de Onda Vaga, ayuda a romper con la rutina, relajar los hombros y hasta en algún que otro coro, dan ganas de moverse y bailar. Son una banda para tener en casa cuando uno llega de trabajar y abre una cerveza. Una banda para pasar un domingo en la playa, una banda para poner en el auto el día que empieza el viaje. Una banda para escuchar cuando invitás alguien a tu casa a pasar un buen rato.

Son jóvenes, tienen espíritu joven y aprovechan sus virtudes para alegrar y se nota les falta madurar tal vez. En sus letras, en sus horizontes, en sus arreglos... pero la base es muy sólida y suenan muy bien.

Monday, November 8, 2010

El Cuarteto de Nos en Groove

"Si veo que algo es fácil,
yo dudo enseguida."

Son un cuarteto de que curiosamente está integrado por cinco. La realidad es que no hacen nada nuevo. Se los podría definir, si es que estamos obligados a definirlos, como "rock latino". Pero para mi, tienen algo de hip-hop latino. Donde la rima de las palabras y las letras son casi el alma de las canciones. Una letras con un cinismo muy particular en las que el cantante (o los cantantes) se auto-describen como anti-héroes. Pero seamos realistas, hoy vivimos en un mundo donde los antihéroes son los ganadores. Puede ser pura estrategia, pero indudablemente el humor acompaña a la música y tal vez por eso, El Cuarteto de Nos no pasan desapercibidos.



Musicalmente, son básicos. En el escenario, son prolijos, profesionales y con algún detalle escénico que hace que valga la pena ir a verlos. El cantante hace una suerte de performance teatral para algunos temas y siempre hay un video proyectado en la pantalla del fondo. Un público bastante más joven de lo que me imaginaba, se encargó de corear todas las letras de memoria y no dejó de bailar.

Tal vez hubo gusto a poco. Un recital de una hora, es casi poca cosa para lo que se acostumbra en Buenos Aires. Pero bueno, son Uruguayos y están cerca. Van a volver pronto.

Friday, October 15, 2010

Jufarle en JohnJohn

Volver a las raíces

"En vez de hacer las cosas mal, copiá algo bien hecho", me dijo más de una vez un profesor de la facultad. Si bien no sé si estoy de acuerdo con la premisa, la entiendo. Lo mismo parecen haber acordado los integrantes de "Jufrale" una banda de amigos y parientes que se dedican exclusivamente a hacer covers de esos hits que conocemos todos.

Lejos están de ser perfectos músicos y de buscar la perfección en la copia. Lejos están de buscar la calidad sonora y deleitar al público con compases milimétricos. Pero no pretenden más que entretener y entretenerse. Al fin y al cabo, es la base de la música, ¿o no?.


Los hits casi no se salen del básico rock, Beatles, Rolling Stones, Ramones, etc... y los tres amplificadores sobre unas sillas simulan la realidad de un ensayo. Y esa invitación que hacen al público a ver y escuchar "la cocina" de su música tiene ese gusto casero y relajado, donde se permite que el amplificar del bajo se apague, que el cantante se olvide la letra o que el baterista regale piropos "a las chicas del fondo".

Son amigos, son primos, son músicos... y se divierten. No pretenden más de lo que son y suenan bien. Un regreso a las raíces, lejos de los grandes escenarios y lo pánicos escénicos. Una vuelta a ver dónde nació todo y tal vez despertar algún recuerdo de cuando uno quiso ser músico de joven.

Tuesday, September 28, 2010

Brian Storming en La Trastienda

Trece [13] individuos no hacen una banda. Trece [13] individuos, cuasi cesionistas, virtuosos y prolijos músicos si hacen una banda. Y que bien suenan.


Ver a Brian Storming en vivo fue casi como ver la grabación de un disco. Cada uno en la suya. Prolijamente dispersos como una orquesta sobre el escenario, se remitieron simplemente a hacer lo que mejor saben hacer. Tocar. Creo que dos veces cruzaron miradas entre ellos. La esencia del show está en la música, en su alma está la música y por eso, tal vez, el show carece de ella, como una cálida caricia entre el músico y el público. Si uno espera verlos disfrutar, reir, emocionarse o tal vez transmitir algo más allá de lo que suena o ilumina lo proyectado en el fondo, pierde.

Brian Storming me deslumbró por la calidad sonora (a pesar de algunos problemas al comienzo con el retorno a los auriculares del cantante. Cosa que molestaba más visualmente que sonoramente ya que en el público se escuchaba muy bien.), un ecléctico repertorio cuasi onírico que de a ratos me remontó a Cinematic Orchestra (sí, comparar es odioso).

Un breve show de una hora y monedas. Con algún "Gracias. Somos Brian Storming", como únicas palabras que no fueron música. Sin presentación de los músicos, como si los nombres no importaran, al fin y al cabo, ellos son sólo instrumentos: Instrumentos individuales que unidos en alguna sintonía extraña generan una música exquisita, se despidieron sin un bis y dejándome con ganas de más. Y eso está bueno que pase.


Wednesday, September 22, 2010

The Walkmen + Grizzly Bear


Para momentos de desgano, melancolía y despedida, "The Walkmen" pueden ser idealmente peligrosos. La letánica y rítmica batería se suma a la guitarra que sufre cada nota y una voz con cuerdas vocales cuasi desgarradas con alma de rockstar independiente te llevan a esa meseta donde de a ratos pican de alegría y de ratos te bajan hasta el fondo. Te hace flotar en un neutro, en un cero grados, ni frío ni calor, pero que cuando te acostumbrás, te hace jugar con las ideas.


Si a esto le sumamos que estamos frente a nueva york, en una minúscula isla, mientras garúa finito y las luces de los rascacielos iluminan las nubes bajas. Con los pies en una playa falsa, de arena traída de no se dónde y con palmeras de plástico con luces de neón, todo cobra una dimensión distinta. Un paisaje surreal con una música rockera y lánguida donde el plástico y la mentira del entorno queda enmarcado pro el comportamiento bizarro del público que decide abrir paraguas para que el pelo de sus chicas no se humedezca. Que ridiculez... abrir un paraguas en un recital... Sólo en Nueva York.


Después fue el turno de Grizzly Bear, tal vez una banda de Rock sinfónico de este década donde en vez de admirar el medioevo y los castillos y los dragones, tiene un afán por la perfección sonora. Los coros y las pocas luces que decoraban el escenario fueron suficientes para que viaje un poco. La minúscula isla, sólo abierta para el recital y que a su final quedaba vacía, sin un alma que la transite, Governors Island, e sun buen lugar para disfrutar este tipo de música que te ayuda a tomar perspectiva.

Grandes bandas, gran concierto de ambas. Muy tranquilo, solo, me despedí de los recitales en Nueva York. Tomarse un ferry para ir y volver tiene su mística y la llovizna molesta coronaba una ciudad que ya no sería más mía. Al menos por un tiempo. Al menos, al mismo momento.

Sunday, September 5, 2010

"The xx" + "Chairlift" como soporte

Está bien, lo admito. Llegué de casualidad a este show. Me llamó un amigo circunstancial y me dijo "Che, tocan "The XX" gratis en el Summer stage. No los conozco, pero me dijeron que valen la pena". Me metí en la web y vi que tocaban con "Chairlift" como grupo soporte. De Chairlift conocía un sólo tema y me encantaba. Una "cancioncita" ideal para un Domingo de calor al aire libre con una cerveza en la mano. Y dije que sí.

Astutamente fuimos temprano e hicimos cola una hora. Pero entramos, no como los que llegaron más tarde. Nosotros entramos. Vimos a Chairlift y disfruté mucho del despliegue sencillo en el escenario. Una sensualidad que sólo fue perturbada porque la mina no sabía vestirse. Díganme freak, pero si usás ese vestido junto con un corpiño violeta la cagás. (Ver video, si es que se ve algo) Ya sé, soy raro y este blog es sobre música.



Después entraron en escena "The XX". Jamás los había escuchado. No tenía ni idea qué hacían. Pero de entrada me gustó la apuesta. Mucha presencia en el escenario para ser tan pendejos. Cosas lógicas, nada del otro mundo. Todos de negro, dos grandes "X" como telón de fondo. Un trío sencillo. Una guitarrista que parece un guitarrista (aunque tiene una LesPaul con brillitos negros) un Bajista/cantante con mucha actitud y un pseudo baterista/percusionista/disparador de ritmos en pads que cumple con lo que pretende.

En síntesis, un muy buen show para un atardecer. Suena a cliché, pero cuando se va poniendo ebscuro es porque suenan "The XX", o algo así. Son como una versión dark y simple de Radiohead (salvando las enormes distancias, sepan disculpar). Como sin ganas, te muestran lo triste que es el mundo pero con una energía digna de la previa a un orgasmo. Te llevan ahí y te mantienen, te mantienen, te mantienen, hasta que el tema acaba... no vos.

Me fui contento. Es raro descubrir una banda en vivo. Especialmente si es nueva y ya está medio de moda. Pero hay que meterlos abajo de la lupa y seguirlos. Como mínimo, su propuesta es interesante.


Wednesday, August 11, 2010

Un pajarito suelto en el Guggenheim

La suerte de encontrar músicos que experimentan sobre el escenario me persigue. Ya decidimos antes que hay bandas que son para ver en vivo y que hay bandas que mejor escucharlas en casa y jamás verles le cara.

Andrés Pajarito (formalmente conocido como Andrew Bird) está en una etapa donde busca experimentar sonoramente. Pero no solo con su violin, su guitarra y sus silbidos. No mediante los sintetizadores y los loops de sus grabaciones. Sino que directamente con el último paso en la producción sonora en vivo. No con el instrumento que genera, tampoco con el que procesa, sino que con el que transmite su música.

Así, como parte de la puesta en escena, mandó a construir más de 80 “cornetas” de madera montadas sobre unas cajas acústicas con amplificadores y demás detalles técnicos. Y en vez de usar amplificadores y parlantes tradicionales, distribuyó estas cornetas entre el público y al costado del improvisado escenario. Hasta construyó una dupla de "cornetas" que giran generando un doppler sonoro incredible redimensionando el espacio de audio al que estamos acostumbrados en un show. Ya no más cajas negras a los lados del escenario. Ahora Andrew va a tocar con estas cornetas naranjas, violetas y doradas las que maneja a discresión entre tema y tema.

Como parte de esta prueba y el estreno de su nueva puesta en escena no hizo sus temas tradicionales sino que improvisó y experimentó. Jugó con sus chiches nuevos y mantuvo el encanto de un público que disfrutó sonoramente de este nuevo espacio.

Tal vez el Guggenheim no era el major lugar para este show ya que la iluminación general y la gente moviéndose de acá para allá no ayudaban a converger todos los sentidos en donde debíamos.

Un privilegio disfrutar de esta nueva etapa. “Está muy bueno esto” dijo por el final, mirando maravillado a sus cornetas en lo que pareciá un horizonte, como quizás Gaudí miró a su Sagrada Familia antes de que lo atropelle el tranvía. Esperemos que a Andrés Pajarito no lo atropelle nadie y su obra llegue a una conclusion que podamos disfrutar.


Wednesday, July 28, 2010

Edward Sharpe and The Magnetic Zeros en Webster Hall

"Home.

Let me go home.

Home is wherever I'm with you."



Cuando un recital empieza con el cantante abajo del escenario catando entre el público es porque algo bueno va a pasar. "Ya sé que es medio ridículo que esté con saco con este calor. Pero quiero tener calor hoy" dijo Alex Ebert, líder de la banda cuyo alter ego es “Edward Sharpe”, un personaje mísitico que vino a salvar a la humanidad pero una vez acá se la pasa enamorándose de mujeres bellas y perdiendo el foco, bienvenido al club Edwardito.

Musicalmente es una banda simple, cuasi Hipona traída directamente de Woodstock. Once personajes en el escenario donde la preponderancia de percusión y bombos hacen la base de las orquestaciones y de la festividad de sus temas donde inevitablemente generan una alegría colectiva cuasi desenfrenada.

Son pocas las bandas nuevas que se están dando cuenta que la música hoy es algo más experiencial y no simplemente alguien tocando en un escenario. Para ver eso, me quedo en casa con mis auriculares. Y por otro lado, la falta de presupuesto por parte de estas nadas independientes hacen que sea imposible tener muñecos inflables, pantallas gigantes, grúas y hologramas en grandes estadios. El resultado es algo fascinante, al menos para mi. Los músicos se bajan del pedestal de rockstars intocables y hacen del público su mejor amigo.

Edward Sharpe and the magnetic Zeros es una banda que deglute al escenario y a su público en dos minutos. Disfrutan de estar ahí compartiendo eso como adolescentes ensayando en su garage. Las sonrisas entre los músicos y el publico denotan una felicidad envolvente que solamente puede venir de un lugar donde el espacio musical es físico, sonoro y emocional a la vez. Todo junto. Y como dijo ciertamente nuestro nuevo amigo Edward “Esto lo hacemos entre todos. Cincuenta por ciento ustedes, cincuenta por ciento nosotros. Muchísimas gracias y hasta la próxima.”

Un pequeña muestra de cómo terminan las cosas cuando empiezan como empezaron...

Beirut en el Guggenheim




"Let the seasons begin - it rolls right on


Let the seasons begin - take the big game down"

Pensar no es solo pensar. Escuchar no es sólo escuchar.

Continuando las sabias palabras de mi amigo Esteban Bancalari, tomo el título de su post y continúo… Los “espacios musicales” son importantísimos, especialmente podría decir, cuando se trata de ver una banda en vivo. Pero no hablo sólo de la acústica y lo que hace a la física del sonido, sino que también al espíritu del público. Ver una banda en vivo implica un pacto entre autor y espectador, entre el que hace ruido y el que lo escucho. Un pacto que se puede establecer de forma tácita o directa. El cantante puede pedir silencio o el público simplemente se lo puede regalar al músico.

El 15 de Julio, celebrando mi entrada a la tercera década de mi vida, fui a ver a Beirut al museo Guggenheim. La banda, es una de mis favoritas de estos últimos años, gran compañera de momentos y aunque eran de Brooklyn, nunca los había podido ir a ver.

Todo estaba dado para que sea un show excelente. Las puertas del museo abrieron temprano para que los que tenían entrada para el concierto pudiéramos ver la exhibición. Arte + música en vio= un festín para los sentidos pero me llevé una gran decepción. La banda tocó un excelente set de una hora donde prolijamente repasaron sus tres discos y tocaron algún que otro tema nuevo. El problema era que nuestro amigo Frank Lloyd Wright no tenía pensado hacer recitales de rockeros independientes en el núcleo del museo. El espiral de caracol que sube e invita visualmente a perder el equilibrio no está pensado para los graves de la voz de Zach Condon, y esa bola de graves que andaba rebotando generaba un público desprolijo que hablaba y murmuraba como si estuvieran frente a un DVD en el living de su casa. La gran ventaja era que uno se podía mover por todo el muso y después de un par de vueltas descubrí los rincones donde la acústica sí favorecía a los grandes temas. La combinación de un lugar no preparado acústicamente y un público “irrespetuoso” transformaron lo que podía ser un gran recital en un show aceptable. La semana que viene, voy al mismo lugar a escuchar y ver a Andrew Bird. Espero no desilusionarme esta vez.

Wednesday, July 7, 2010

La distancia con el escenario

Passion Pit es una banda nueva, Delta Spirit es otra banda nueva.

En la misma semana fui a ver las dos. Passion Pit en Governors Island, Delta Spirit en el Music Hall of Williamsburg.

No es mi idea proponer opuestos pero ciertamente puedo decir que prefiero ver a una banda más “chica”, menos conocida pero que dejan todo en el escenario que ver a una banda chica, de alguna manera “cuasi-grande” gracias al marketing en un escenario lleno de luces y efectos.

La música es para mi un gran motor. Algo que entra por los oídos y me da que pensar, me da que sentir, me da que recordar. Al igual que los olores, la música despierta sensaciones, recuerdos, vivencias, espacios, paisajes, amores, tristezas, odios… Millones de cosas.

Es por eso que para mi, la cercanía con la banda es directamente proporcional con el nivel experiencial. Y cuando hablo de cercanía, no me refiero solamente al espacio físico, porque ahí sería simplemente el precio de la entrada lo que determina la posibilidad de acceder a estos estados y sensaciones. Esta semana tocó Beirut. Las entradas costaban 9.99 para un día y 20 para el otro. Mismo lugar, mismo show. Las entradas para ambos shows se agotaron en 30 minutos. Enseguida aparecieron de reventa en Internet a US$70 y (también enseguida) apareció un mensaje del Productor en Internet puteando a los revendedores e insistiendo que Beirut va seguir tocando, en lugares chicos y lo más seguido posible. Pero que los fanáticos no compren entradas de reventa a precios ridículos. Un capo.

Pero bueno, haciéndola corta. El recital de Passion Pit fue bueno, la banda sonó bien, aunque el cantante no puede cantar en vivo como lo hace en el disco. Los agudos forzados trabajados en un 300% vía ProTools son extremadamente distintos a lo que uno escucha en vivo.

Por otra parte, Delta Spirit (Una vez más, la tercera desde que estoy acá) deslumbró con un show a pura garra y estableciendo un gran factor diferenciador entre ver una banda en vivo y escuchar el disco, pero de forma positiva. Incluyó un cover de Louis Armstrong y otro de Pink Floyd.

El show terminó con Matt (el cantante) entre el público, abajo del escenario. Nos hizo arrodillarnos a todos y el, parado en el medio canto lo que fue “su primer tema”. Un rock básico desprolijo de esos que te sacuden. Y terminamos saltando haciendo pogo abrazados a Matt.

Una vez más Delta Spirit dejó lo suyo. Passion Pit también hizo lo suyo, pero las distancias, a veces, son demasiado grandes.




Thursday, May 6, 2010

Patrick Watson

Hay pocas veces que las palabras no alcanzan para describir cosas, pero con la música suele sucederme que me supera y mi acotado vocabulario no satisface las necesidades de lo que quiero transmitir.

Hasta hoy, en lo que va de mis jóvenes 30 años, el show de Patrick Watson fue el mejor que vi en mi vida. Un deleite musical exquisito en un lugar chico pero con excelente sonido. Una puesta en escena más que simple pero una "temperatura" ideal entre el público y los músicos. Un escenario chico, acompañado por buenos tragos y una música que a pesar de parecer simple tiene una complejidad que dentro de lo rudimentario y básico que puede ser el folk/pop actual, busca ser experimental.

Patrick Watson en vivo es un deleite sonoro que supera al disco. Un personaje de voz extravagante y que de a ratos pareciera estar realmente loco (Como cuando se calza una mochila "made in casa" con megáfonos que sobresalen de su espalda cuales pétalos de plantas carnívoras iluminadas y canta entre el público).

Creo que uno de los highlights de la noche fue cuando, como cierre y broche de oro propuso al público que le de el título de un tema para improvisar la letra sobre una base musical sin estrenar. Un poco indeciso entre las opciones que le gritaba el público eligió la mía "I can't find my pijamas" (No sé porqué pero fue lo que se me ocurrió) y así se despidió, estrenando el tema al que yo le puse el título, dejando a sus quinteto de cuerdas, bajo, guitarra y percusión que deliren un poco mientras el dejaba que sus dedos salten en el piano.


P.D.: Creo que si es domingo a la tarde y llueve y tu amor te acaba de abandonar y estás escuchando a Doveman (La banda soporte que tocó antes de Patrick Watson), el suicido está totalmente justificado.

Friday, March 12, 2010

Delta Spirit: "wandereres"

“I’m a wandering soul” canta Matt pidiéndole a la gente a gritos “Peple c’mon”. Debe ser ese empuje en el que insiste tanto Delta Spirit lo que hace que me guste. En un mundo lleno de chatos, de ceros, de planos de apalancados, una banda que propone energizarse y salir a moverse, salir y hacer.

En vivo hacen lo mismo. Proponen y motivan a la audiencia, cambian de instrumentos e improvisan covers. Tienen el disfrute adolescente de ser una banda chica y gozan de la arenga popular como lo hace un chico en el zoológico la primera vez que ve a los monos.

Su único disco “Ode to sunshine” puede tener algunas reminiscencias a el Pitty y su “Está saliendo el sol” como me dijo un amigo cuando le presenté la banda. Pero no se preocupen, es solamente en el título del disco. Las melódicas rock-soft y sus gritos al Cockerianos son muy Buena compañía y no dejen de prestar atención a las letras que aunque parezcan simples esconden mucho de la contemporaneidad de la juventud de hoy, enmarcada por los instrumentos de esta bandita de la costa oeste de Estados Unidos.

Según lo propuesto, dentro de muy poco sale el nuevo disco que ya está en estado de masterización.


P.D: Si alguna vez tienen la oportunidad de notar que en la harmónica de Matt hay un conejo naranja, simplemente sepan que fui yo.

Tuesday, January 26, 2010

White Rabbits en el Bowery Ballroom


Por razones extrañas una amiga, bueno, en realidad amiga no es. Una conocida digamos me pasó un listado de bandas en al año pasado y como buen freak le puse unas fichas a esta (solament porque se relacionaba con conejos) y me puse a escuchar su primer disco "Fort Nightly" y me gustó mucho. Me llamó la atención la instrumentación que si bien es típicamente indie rock, el peso de la percusión me llevaba a lugares africanos donde las bases rítmicas se repiten como un loop desquiciado casi letánico. A eso se le sumaba un piano que no tiene grandes firuletes pero que cumple con lo suyo. Llegué enseguida entonces al segundo disco "It's frightening", que salió a fines de 2009 y donde ya de entrada "Percussion Gun" revela la dirección que toma la banda, arrancando muy arriba y definiendo musicalmente lo que dice el título del tema.

Están radicados en Brooklyn NY pero son de Mineapolis (Los flacos viven todos juntos en un loft y duermen todos en el mismo cuarto. Se podría decir que están locos. Especialmente si se tiene en cuenta que son seis). Son dos cantantes y no uno que intercalan dependiendo los temas. A eso se le suma dos guitarras, un bajo, batería y percusión. Admito que me di cuenta que cantaban dos recién cuando los vi en vivo. El timbre de voz del pianista y el del Guitarrista es muy parecido de a ratos.

En vivo: Simplemente dejan todo en el escenario. Empezaron bien arriba y terminaron bien arriba. Uno podría decir que Stephen Patterson se queda sin voz después de cada concierto pero no. Estira su cuello de tortuga y grita las letras como si las tuviera que sacar del estómago. Y le sale bien. Muy bien.

El sonido fue impecable. El Bowery Ballroom es un excelente lugar, chico, con buena acústica y un escenario que no separa demasiado a los músicos del público entre las que no faltaron lindas grupies. Al parecer el líder de la banda tien un séquito de mujeres que lo sigue a todos lados (Malditos rockstars).

Los White Rabbits en sus discos prometen y en vivo, entregan. Lo único que se les exigiría es un poco más de tiempo en el escenario. Es moneda corriente que un recital no dure más de una hora en este país. Así fue y después de 45 minutos se fueron y volvieron para el bis. Tres temas más y se abandonaron el escenario dejándome con las ganas de más. A veces pasa.